Este miércoles 1 de septiembre entra en vigor el reglamento 2019/2015 que regula el nuevo etiquetado energético de fuentes luminosas.

Para entender bien este reglamento es fundamental aclarar los términos de ‘fuente luminosa’ y ‘producto continente’:

  • Fuente luminosa → producto accionado eléctricamente destinado a emitir luz o, en el caso de una fuente luminosa no incandescente, a ser posiblemente ajustado para emitir luz, o ambas cosas.
  • Producto continente → producto que contiene una o varias fuentes luminosas o mecanismos de control independientes, o ambas cosas. Las luminarias son un ejemplo de producto continente.

Las obligaciones que tienen los proveedores de productos continentes y de fuentes luminosas no son las mismas. Mientras que los proveedores de productos continentes (luminarias) únicamente deben de proporcionar información sobre las fuentes luminosas contenidas. Por su parte, los proveedores de fuentes luminosas deben de incorporar la nueva etiqueta de eficiencia energética o disponer de la información de producto en la base de datos del EPREL (European Product Database for Energy Labeling), entre otras.

Por ello, todo usuario y/o consumidor de productos de iluminación debe de familiarizarse con el nuevo etiquetado energético, en el que destaca la simplificación de la etiqueta energética, volviendo a la escala inicial de la A a la G.

Este cambio de etiquetado energético persigue una información más clara y comprensible para los consumidores, y que estos perciban cuál es la opción más eficiente. Se había comprobado que con las etiquetas A +, A ++ y A +++, la motivación a comprar productos más eficientes era menor a la que había con la escala de A a la G.

Como consecuencia de este reescalado de las clases de eficiencia energética, los productos más eficientes (que antes pertenecían a la clase A+++), quedarán asignados a la nueva clasificación con el objetivo de dejar un espacio de mejora a la eficiencia energética de los nuevos productos. Así, las clases A y B, las más eficientes, van a quedar inicialmente desiertas. Es importante incidir en que el producto no ha cambiado, es decir, no consume más que antes, lo que cambia es la escala que fija la letra del etiquetado.

Debemos considerar, que esto no es una foto fija, ya que los distribuidores de fuentes de luz van a trabajar para que sus productos puedan llegar lo antes posible a las clases de eficiencia energética más altas (A y B).

Además, estas nuevas etiquetas serán revisadas cuando el 30% de los productos en el mercado comunitario reciban la máxima clasificación (A) o cuando el 50 % esté en las franjas A y B, para asegurar su utilidad. La razón es que si la mayoría de los productos están en el rango más eficiente no hay ningún incentivo ni para los consumidores ni para los fabricantes.

En Airfal, dado que el presente Reglamento elimina la necesidad de incorporar la etiqueta energética específica para las luminarias (producto continente), se va a identificar la fuente de luz que incorpora cada uno de nuestros productos, mediante un nuevo etiquetado sobre la luminaria.

 

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